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La Securities and Exchange Commission de Estados Unidos (SEC) vuelve a agitar el mundo de las criptomonedas. Esta vez parece que se trata de una acusación justa. Un antiguo teniente de prisiones llamado John A. DeSalvo está acusado de montar una estafa con crypto. La estafa iba dirigida específicamente a agentes de policía y personal de primeros auxilios.
Entre noviembre de 2021 y mayo de 2022, el acusado recaudó supuestamente más de $600.000 de 222. Supuestamente lo hizo vendiendo su propio token Blazar. John DeSalvo afirmaba que el token sustituiría a los sistemas de pensiones estatales tradicionales para policías, bomberos y paramédicos y ofrecería lucrativas ganancias. Sobre el papel, parecía que todos saldrían ganando. También afirmó que el Blazar Token podía adquirirse mediante deducciones en la nómina y lo comparó con los planes de pensiones o de ahorro tradicionales (como el 401k estadounidense). Además, el estafador afirmó falsamente que el token estaba certificado por la SEC.
El fraude tuvo lugar en PancakeSwap
DeSalvo vendió su token Blazar a través del exchange descentralizado (DEX) PancakeSwap. Los inversores iniciales compraron el token digital en un periodo denominado lock-up. Se trata de un periodo durante el cual se retiene una determinada cantidad de criptomoneda y no se puede vender ni negociar. Es una forma habitual de que los estafadores vendan monedas sin permitir que los inversores influyan negativamente en el precio.
Dos semanas después de que John DeSalvo vendiera los tokens en PancakeSwap, el token Blazar perdió más del 99,9% de su valor. La SEC quiere la prohibición permanente del estafador. Además, la agencia gubernamental también exige multas civiles y la restitución de los beneficios.
El mercado crypto es el «Salvaje Oeste
El presidente de la SEC, Gary Gensler, lleva un año intensificando la presión contra el mercado de criptomonedas, del que dice que está lleno de estafadores. Destaca las similitudes entre el criptomercado actual y los mercados de valores no regulados de la década de 1920. Aboga por el cumplimiento estricto de las leyes sobre valores y argumenta que la criptoindustria puede beneficiarse de ello, como le ocurrió a la economía estadounidense tras la implantación de las leyes sobre valores en el siglo pasado.