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¿Qué son las criptomonedas?
El mágico mundo de las criptomonedas comenzó en 2009 con el lanzamiento de Bitcoin por Satoshi Nakamoto. Aunque el bitcoin sigue siendo, con diferencia, la mayor criptomoneda según cuota de mercado y número de usuarios, hoy en día existen otras miles de criptomonedas en las que se puede invertir. En el fondo todas son similares al bitcoin, siendo monedas digitales sobre las que ninguna entidad tiene el control total. Nadie puede cambiar las reglas o la cantidad de monedas en circulación según su voluntad. A diferencia del euro, con el bitcoin puedes estar seguro de que nunca habrá más de 21 millones en circulación. Estas reglas están protegidas por la criptografía moderna, sobre la que hablaremos más tarde. ¿Quieres invertir en esta criptomoneda ahora mismo? Entonces, ¡asegúrate antes de saber en qué debes fijarte al comprar bitcoin! En realidad, Bitcoin no fue el primer intento de crear dinero digital, pero sí el primero que tuvo éxito. Como Satoshi Nakamoto ha conseguido construir un sistema en el que nadie tiene el poder absoluto, tampoco es que se pueda demandar a Bitcoin. Otros proyectos anteriores sí contaban con una entidad central a la que se podía exigir responsabilidad, y eso daba a los gobiernos la posibilidad de detener su desarrollo.
Criptomonedas y criptografía
Como ya se ha comentado previamente, las criptomonedas deben su nombre a la criptografía, que actúa como bloque de construcción y base de toda criptomoneda. La mejor manera de pensar en la criptografía es como una serie de gigantescos muros digitales de números complejos que protegen al bitcoin por ser imposibles de adivinar.
Incluso si consiguieras construir el ordenador más potente que teóricamente pudiera llegar a existir y utilizaras toda la energía del sol para alimentarlo, tras 100.000 millones de años sólo tendrías un 25% de posibilidades de romper parte del muro. Citando a Satoshi Nakamoto:
“SHA-256 (la criptografía que protege al bitcoin) es muy fuerte. No es como el paso incremental de MD5 a SHA1. Puede durar varias décadas, a menos que se produzca algún ataque masivo.”
Para entender aún mejor lo poderosos que son los números que protegen al bitcoin y a otras criptomonedas, es interesante recordar las declaraciones del informático Bruce Schneier:
“Estas cifras ya no tienen nada que ver con la tecnología; van más allá de los límites de la termodinámica. Esto significa que es imposible atravesar estos muros de defensa con la pura potencia bruta de ordenadores, al menos hasta que estén hechos de algo distinto a la materia y dejen de ocupar espacio.”
Lo que Schneier está diciendo aquí es básicamente que no hay ninguna fuerza física, ni siquiera teórica, que permita romper los muros defensivos del bitcoin y otras criptomonedas. La próxima vez que alguien te diga que el bitcoin puede ser hackeado, aquí tienes tu respuesta.
Las criptomonedas y el concepto de la descentralización
Una característica clave de las criptomonedas es que se mantienen en línea mediante una red descentralizada de ordenadores. Esto implica, por ejemplo, que cualquiera puede descargar el software de bitcoin, verificar todas las transacciones realizadas y comprobar si todo es correcto. Básicamente, no necesitas confiar en nadie para usar bitcoin.
Sobre el euro mismamente, no se puede decir lo mismo. Dentro de la red que supone el euro, el Banco Central Europeo es el gran jefe y teóricamente podría llegar a imprimir nuevos euros casi sin límite. En el sistema bitcoin esto no es posible porque hay más de diez mil ordenadores en todo el mundo que mantienen la red en funcionamiento. Las mismas reglas guían a todos los equipos, y una parte clave de esas reglas es que no deben circular más de 21 millones de bitcoins. Si un ordenador decide cambiar esa regla, el resto de la red simplemente dejará de escucharle, por decirlo así. Por ejemplo, tú mismo puedes descargar el software de bitcoin y hacer ajustes para autorizar la circulación de 42 millones de bitcoins, pero entonces la red te obviará y simplemente habrás creado una nueva versión del bitcoin. Estarás desconectado de la red descentralizada. Esto también se conoce en la jerga como un hard fork: al utilizar reglas diferentes a las del resto de la red, tu equipo se bifurca y emprende un camino por separado.
Es esta naturaleza descentralizada lo que hace que el bitcoin sea tan poderoso. No hay una entidad central dentro de la red que pueda cambiar las reglas a placer. Si el resto no está de acuerdo con un cambio de reglas, no pasará nada. Así que puedes descargar el software de bitcoin, ejecutarlo en tu ordenador y, en efecto, serás tu propio banco central. Bitcoin es realmente un sistema transparente, perspicaz y justo. Todas las transacciones realizadas se almacenan públicamente y pueden ser vistas por cualquiera.
¿Cómo se crean las criptomonedas?
Esa es una buena pregunta. Ya hemos mencionado varias veces que sólo entran en circulación 21 millones de bitcoins, pero ¿cómo funciona realmente? La mayoría de las criptomonedas se minan. La minería de Bitcoin solía ser algo para los nerds de la informática que, como hobby, ponían su ordenador de juegos o portátil a trabajar minando criptomonedas. Ahora sin embargo, se trata de una industria multimillonaria con enormes sumas de dinero en juego y con grandes empresas cotizantes en bolsa detrás.
Todos los ordenadores que actúan como mineros en la red bitcoin buscan constantemente un número muy especial (llamémoslo así). La única manera de encontrar ese número es apostando continuamente y muy, muy rápido. Cuanto más potente sea el ordenador, más veces podrá apostar y más probabilidades tendrá de encontrarlo. Si los llamados mineros consiguen encontrar ese número especial, reciben una pequeña parte de bitcoin nuevo como recompensa. En el momento de escribir este artículo, los mineros reciben 6,25 bitcoins por encontrar uno de estos números, pero es una recompensa que se va reduciendo a la mitad cada cuatro años, hasta llegar a cero. En ese momento, se habrá alcanzado el máximo de 21 millones de bitcoins.
El minero que encuentra un número especial puede publicarlo y añadir un bloque de transacciones a la red. Una vez se ha publicado el bloque, todos los ordenadores de la red lo descargan y empiezan a buscar el siguiente número especial. Es por eso que a la tecnología subyacente de bitcoin también se le denomina tecnología blockchain. Al fin y al cabo, el bitcoin no es más que una cadena de bloques enlazados entre sí mediante criptografía.
Ahora puedes entender cómo se crea el bitcoin y otras criptomonedas y cómo se ponen en circulación las nuevas unidades. En la mayoría de los casos, esto se hace a través de la minería.
Un breve resumen
Terminamos así tu primera introducción al concepto de las criptomonedas. Los ingredientes clave para el éxito de una criptomoneda son la criptografía, una amplia red de mineros y la descentralización. Todos ellos desempeñan un papel importante en la protección de la red. Cuanto más potente sea la criptografía, más improbable es que una criptomoneda pueda ser pirateada.
Cuanto más descentralizada esté la red, más difícil será cambiar las reglas a expensas de los usuarios. Es muy poco probable que todos los usuarios de bitcoin decidan de repente gastar 50 millones de bitcoin a la vez, en lugar del máximo de 21 millones. Esto se debe a que no les conviene que exista una mayor oferta en circulación, puesto que cuanto menos haya, más escaso será el bitcoin y más se apreciará su valor (y el de cualquier activo según las leyes de la oferta y demanda). Esto implica que solo los cambios que beneficien a los usuarios serán llevados a cabo, y de ahí el poder de las criptomonedas.
Actualmente, hay miles de criptomonedas diferentes que se pueden comprar, y por eso entendemos que para los principiantes es difícil decidir por dónde empezar. Por eso, para ayudarte en tus primeros pasos, hemos escrito una guía completa sobre las diferentes monedas, que puedes encontrar aquí.
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