
El mundo del crypto sigue evolucionando, no solo en el crecimiento del mercado, sino también en la mejora de las técnicas de seguridad. El año pasado hemos podido observar un notable descenso de las pérdidas debidas a hackeos y estafas en el sector de las criptomonedas.
Cada vez menos robos de criptomonedas
Según un informe reciente de la empresa de seguridad blockchain PeckShield, el año pasado se perdieron $2.610 millones de dólares por hackeos y estafas. Esto representa un descenso del 27,78% en comparación con 2022, cuando el total de ciberrobos globales se estimó en unos $3.600 millones de dólares. Un vistazo a estas cifras muestra que el sector está tomando medidas activamente para reforzar la seguridad de las criptodivisas.
Un aspecto llamativo del informe de PeckShield es la cantidad de crypto «recuperado». Más de $674 millones de dólares, o el 25% del crypto robado, se recuperó de los más de 600 hackeos a gran escala revisados por PeckShield. Se trata de un aumento significativo desde 2022, cuando se estimaba que solo se habían recuperado unos $133 millones de dólares.
La mejora en la recuperación de fondos puede atribuirse a negociaciones más activas con los hackers y al aumento de los «programas de recompensas por fallos»: en ellos, las personas son recompensadas con grandes sumas de dinero cuando encuentran vulnerabilidades. De este modo, a los descubridores de estas vulnerabilidades les resulta más atractivo informar de ellas y ganar dinero legalmente, en lugar de irrumpir y robar dinero.
Además, al colaborar con los intercambios centralizados, Tether y las fuerzas de seguridad para congelar los fondos en cuanto se detectan, el sector también ha dado otro paso en 2023 para proteger a los inversores. Antes, la cooperación era mucho menor.
Centrarse en DeFi: objetivo principal
A pesar de los avances en seguridad, las finanzas descentralizadas (DeFi) siguen siendo un objetivo primordial para los piratas informáticos y las estafas. PeckShield destacó que el 67% de las pérdidas en 2023 se produjeron en DeFi, mientras que el 33% se produjeron en las finanzas centralizadas.
El informe también mostró que el 58% de las pérdidas se debieron a hackeos y el 42% a estafas. Estos datos muestran que, aunque hay mejoras en la seguridad de DeFi, sigue siendo un sector vulnerable a las actividades maliciosas.