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El precio de Bitcoin está en apuros después de que el banco central estadounidense mantuviera su postura el miércoles y de que los datos del mercado laboral del viernes decepcionaran. En el momento de escribir estas líneas, Bitcoin cotiza casi $10.000 por debajo de su máximo histórico de $123.300. Esta debilidad puede persistir durante un tiempo, ya que esta semana parece ofrecer pocos salvavidas desde una perspectiva macroeconómica.
Bitcoin busca un catalizador positivo
Al salir de un periodo extremadamente fuerte para Bitcoin, tampoco debemos hacer el drama más grande de lo que es. Desde que tocó fondo en abril, el precio subió como un cohete y, como consecuencia, empezó a surgir cierta despreocupación en el mercado. Los inversores apenas veían ya riesgo alguno.
Esta semana, el mercado ha sido duramente sacado de ese estado de euforia, y hemos vuelto a la realidad. Una realidad en la que las cosas también pueden ir mal y los contratiempos siguen existiendo.
Sin embargo, tampoco hay motivos para alarmarse. El crecimiento económico sigue siendo positivo y, aunque el mercado laboral se está enfriando, todavía parece sólido. El problema para la semana que viene es que hay pocas cifras económicas clave en el calendario.
El martes sólo se publicará el ISM Services PMI, el indicador de salud del sector servicios estadounidense. Sin embargo, esto no bastará para que los mercados vuelvan a ir completamente en dirección contraria. Por ello, parece que se acerca un periodo en el que los precios podrían caer aún más, sin que necesariamente se inicie de inmediato un mercado bajista.
Esperar al 12 de agosto para Bitcoin
En este sentido, habrá que esperar al martes 12 de agosto. Porque será entonces cuando conozcamos otro índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos. A continuación, el jueves 14 de agosto, conoceremos el índice de precios a la producción (IPP), al que seguirán el viernes las cifras de ventas al por menor en Estados Unidos.

Con ello, tendremos otro «chequeo» de la salud de la economía estadounidense. Hasta entonces, sin embargo, es posible que la gente entre en modo pánico, como hemos visto repetidamente en los últimos años. Por ejemplo, durante la guerra de tasas de Donald Trump en abril.
Es poco probable que veamos una caída del 20% o más, como entonces. Aun así, el panorama general es algo más pesimista y los inversores están asumiendo riesgos, vendiendo Bitcoin por oro y bonos del Estado. Por un momento, hay una pequeña huida hacia la seguridad.