Foto: KPs Photography AND Film/Shutterstock
A escala mundial, la política económica parece haber dado un giro radical. Donde Donald Trump comenzó su segundo mandato con la idea de austeridad, ese plan se ha cambiado ahora por un mayor gasto. Y Estados Unidos no está solo en esto.
También hay señales de gasto adicional procedentes de Europa y China. Alemania apuesta por la defensa y la Comisión Europea estudia inversiones adicionales. El resultado: las condiciones financieras se relajan. Pedir dinero prestado se abarata y facilita, tanto para los hogares como para las empresas y los gobiernos.

Optimismo en los mercados financieros
Esta relajación tiene implicaciones directas para la economía y los mercados. Los inversores ven en el estímulo una señal de que por el momento se está evitando una recesión. Más confianza conduce a más inversión y, por tanto, a más crecimiento.
- Aumenta la confianza en la economía
- Mejoran las condiciones de los préstamos
- Las inversiones en acciones, oro y bitcoin se benefician
- La inflación se mantiene estructuralmente ligeramente al alza
Así pues, el clima es fundamentalmente positivo para las inversiones de riesgo. La renta variable sube, el oro tiene demanda y el precio del bitcoin también se mueve al alza.
Los tipos de mercado empiezan a subir
Sin embargo, el mercado ya empieza a mirar más allá. En Estados Unidos, Europa y Japón, los rendimientos de la deuda pública están subiendo con cautela. Puede ser una primera señal de alarma.
Hay aproximadamente dos razones:
- Los inversores están preocupados por el aumento de la deuda pública. Esperan una mayor oferta de bonos del Estado, lo que hará subir los tipos de interés.
- El mercado cuenta con un mayor crecimiento económico e inflación, en parte debido a planes como el Big Beautiful Bill de Trump. Eso también exige tipos de interés más altos.
Esos tipos de interés más altos pueden acabar frenando el crecimiento económico. El aumento de los tipos hipotecarios, el encarecimiento de los préstamos a las empresas y el menor margen para el consumo enfriarán la economía con el tiempo.
La pregunta es: ¿cuándo?
Por ahora, hay pocos indicios de ello. La economía funciona a todo gas y los mercados financieros tampoco muestran muchas dudas. Pero es una evolución que hay que vigilar de cerca.
Mientras los tipos de interés sigan subiendo modestamente y continúe el crecimiento, la renta variable, el oro y el bitcoin se beneficiarán. Aun así, está claro que este optimismo no es una receta sostenible indefinidamente.
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