Op de achtergrond: Bank for International Settlements (BIS) uit Zwitserland. Foto: MDart10/Shutterstock
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) cuestiona el papel de las stablecoins en el sistema financiero mundial. «Queda por ver qué papel desempeñarán innovaciones como las criptomonedas estables en el futuro sistema monetario», escriben los autores del BPI en un informe anual sobre las finanzas de nueva generación.
Según el banco central, las populares stablecoins como Tether y USD Coin no son dinero de pleno derecho y fallan en tres puntos fundamentales.
Según el BPI, ¿por qué las stablecoins no son dinero real?
El «dinero real», como el euro central o el dólar, reúne tres propiedades cruciales: es universalmente utilizable, puede crecer de forma flexible con la economía y es seguro y sólido. En todos estos aspectos, las stablecoins fallan, según el BPI.
Por ejemplo, los investigadores subrayan que las stablecoins no ofrecen «unicidad de dinero». Esto significa que una stablecoin es un token independiente. No vale lo mismo en todas partes y tiene que cambiarse primero. Esto crea incertidumbre adicional y riesgo de tipo de cambio. Esto contrasta con el dólar, que vale lo mismo física o digitalmente.
Además, las stablecoins carecen de la «elasticidad» necesaria. Los bancos centrales pueden poner más dinero en circulación o conceder créditos en caso de crisis. Las stablecoins, en cambio, se limitan a sus reservas y no pueden responder a las perturbaciones del mercado, según el BPI.
Por último, está la cuestión de la integridad. Según el BPI, las stablecoins aparecen a menudo en transacciones sospechosas porque no están sujetas a las mismas normas estrictas contra el blanqueo de capitales que los bancos ordinarios. Esto socava la seguridad del sistema financiero.
¿Cuáles son los riesgos y qué dicen los críticos?
El BPI advierte de que la inestabilidad de las stablecoins podría provocar un pánico más generalizado en los mercados financieros. Un ejemplo es el colapso de TerraUSD en 2022, que evaporó miles de millones de su valor. El BPI también ve riesgos en las economías emergentes, donde las stablecoins podrían desplazar a las monedas locales, socavando el control de los bancos centrales.
Aun así, el BPI no quiere prohibir completamente las stablecoins. Abogan por un sistema alternativo en el que los tokens digitales estén directamente vinculados al dinero del banco central. Un ejemplo es el Proyecto Agorá. Se trata de una iniciativa internacional en la que los bancos centrales colaboran con partes comerciales en una infraestructura de tokens más segura y eficiente.
Los críticos sostienen que un proyecto como Agorá ofrece a los usuarios menos libertad y privacidad que una stablecoin «normal». Además, es demasiado similar a la moneda digital de los bancos centrales (CBDC). Temen que los bancos centrales hagan todo lo posible por frustrar las stablecoins como tether y usd coin, ya que socavan su control.
Sin embargo, parece que en EE.UU. se está produciendo un giro total: las criptomonedas y los bancos buscan cada vez más el acercamiento y ahora parecen ir de la mano.
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