Foto: Helena Zezulkova/Shutterstock
El bitcoin fue recientemente el centro de un escándalo político que provocó una crisis de confianza en el Gobierno checo. Tras semanas de agitación política y violencia mediática, el gobierno del país sobrevivió a una moción de censura.
La oposición intentó derrocar al Primer Ministro, Petr Fiala, pero no logró reunir suficientes apoyos en el Parlamento. Como resultado, el gobierno salió políticamente indemne. Sin embargo, la imagen del gabinete se resintió considerablemente.
Crisis política desatada por donaciones en bitcoin de un delincuente narco
El escándalo político comenzó cuando salió a la luz una donación en bitcoin del narcotraficante e influencer checo Zdeněk «Head» Hřib. Hřib donó casi 40 millones de euros en bitcoin al ministerio, que luego subastó las monedas. Los ingresos se utilizaron para ayudar a las víctimas de delitos o invertir en infraestructuras penitenciarias.
El cargo de ministro de Justicia, Pavel Blažek, se vio sometido a fuertes presiones. Se le acusó de negligencia y conflicto de intereses, especialmente por sus presuntos estrechos vínculos con los implicados en la red de Hřib. Blažek decidió finalmente dimitir, pero eso resultó insuficiente para la oposición. Presentó una moción de censura contra todo el gabinete de Fiala.
La moción fue rechazada, pero los daños pueden ser importantes
La votación tuvo lugar el miércoles por la noche y se saldó con una victoria del Gobierno. La moción recibió el apoyo de 94 diputados, mientras que se contabilizaron 98 votos en contra. Con este estrecho margen, el Primer Ministro Fiala conserva por ahora la confianza del Parlamento, aunque la presión de la opinión pública no disminuye.
«Este Gobierno es débil, está moralmente en bancarrota y enredado en la corrupción», afirmó con vehemencia el líder de la oposición Andrej Babiš durante el debate. Calificó al gabinete de «gobierno de donantes de bitcoins y mecenas políticos de delincuentes».
El Primer Ministro Fiala respondió al ataque afirmando que su gobierno había asumido la responsabilidad y que el ministro dimitido había dado el paso correcto. Calificó la moción de «juego político en época electoral». De hecho, los checos acudirán a las urnas dentro de cuatro meses para las elecciones parlamentarias.
Aunque el Gobierno conservó su mayoría, el impacto del escándalo del bitcoin en la confianza en la política, así como en las criptomonedas en general, es significativo. El bitcoin es relativamente popular en la República Checa, tanto entre los inversores como en el sector tecnológico. Sin embargo, el asunto ha provocado un aumento de la desconfianza hacia las criptomonedas. La asociación con el crimen y la corrupción ejerce presión sobre el apoyo público.
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