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Algunas personas tienen un gran poder de persuasión. Charlie Javice (32) es una de ellas. Consiguió convencer al conocido banco JPMorgan de que estaba trabajando en algo realmente grande, aunque se trataba de una start-up más bien modesta.
¿De qué start-up se trata?
El caso en cuestión trata de una start-up de financiación para estudiantes llamada Frank. Javice consiguió convencer al banco de que Frank era una start-up muy grande con millones de usuarios, cuando en realidad eran unos cientos de miles. No está mal, pero es de un orden muy diferente y, por supuesto, también vale mucho menos de lo sugerido.
Según un jurado de Nueva York, Javice había mentido al decir que tenía menos de 300.000 usuarios, mientras que a JPMorgan le había dicho que había 4,25 millones, y que esta cifra crecería hasta los 10 millones de usuarios en un futuro próximo. Más tarde recibirá su castigo.
¿Qué consiguió con este negocio?
Exagerando hasta ese punto el número de usuarios, consiguió sacar al banco la friolera de $175 millones.
Es casi increíble, pero esta operación fue supervisada por 350 empleados de JPMorgan y ninguno de ellos consiguió detectar el fraude.
En Estados Unidos, el fraude bancario es un asunto muy serio. Allí castigan mucho más severamente que en la UE. Así que en este caso podría enfrentarse a una pena de 30 años de prisión. Sigue siendo extraño que la gente se atreva a correr riesgos tan altos en un caso tan sencillo como éste.
Frank, el fundador
Javice fundó esta empresa cuando tenía 20 años. La empresa creó un software para facilitar la solicitud de préstamos estudiantiles en Estados Unidos. Este trámite es obligatorio y muy difícil, por lo que Frank resultó muy útil. Gracias a esta puesta en marcha, no tardó en ganar notoriedad y figurar en la ilustre lista de Forbes de 30 menores de 30 años.
A raíz de este escándalo, el juez está estudiando si ella y un compañero acusado deben llevar una tobillera, pero sus abogados alegan que es difícil compaginarlo con su trabajo como profesora de pilates (una especie de entrenamiento corporal de mindfulness).
El caso recuerda al de la fundadora de Theranos, Elizabeth Holmes, que recaudó cientos de millones con una tecnología que al final resultó no funcionar. Le cayeron 11 años de cárcel. Para Charlie Javice, una sentencia similar podría ser posible.