Descubre dónde pagan más y menos impuestos los europeos
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Los impuestos varían enormemente de un país europeo a otro. España lo sabe muy bien. Afecta directamente al poder adquisitivo y al nivel de vida de sus ciudadanos. Algunos países también tienen tipos impositivos extremadamente altos, mientras que otros los tienen bastante más bajos. España tira hacia arriba de la media europea, pero con consecuencias positivas.
Así de extremadamente diferentes son los impuestos en Europa
Algunos residentes en nuestro país optan por emigrar a un país donde los tipos impositivos son significativamente más bajos. Hay algo que decir al respecto. Sin embargo, también se sacrifica mucho en otros ámbitos de la sociedad.
En Europa, los tipos impositivos varían mucho. En un país como Dinamarca se paga un 55,9% de impuestos, mientras que en Bulgaria y Rumanía sólo se paga un 10%. Esta diferencia de más de 45 puntos porcentuales afecta enormemente a la economía y la vida de sus habitantes.
Estos países europeos encabezan la lista, España ocupa uno de los primeros puestos
Dinamarca encabeza la lista europea en materia fiscal, con un tipo impositivo del 55,9%. Le siguen Francia (55,4%) y Austria (55%). Otros países que siguen en la lista son España y Bélgica, lo que sitúa claramente a Europa Occidental en el mapa de las regiones con impuestos elevados.
Los Países Bajos ocupan el décimo lugar de Europa, con un tipo impositivo del 49,5% (en el tercer tramo). Esta cifra está muy por encima de la media europea. Bélgica lo hace todavía un poco peor, ya que ocupa el quinto lugar con un 53,5%. Sin embargo, no es para menos. Sus ciudadanos disfrutan de un excelente sistema sanitario y de pensiones, algo que no pueden decir varios países de Europa del Este.
Así, más de la mitad de las rentas del trabajo en Bélgica van a parar al erario público. Y en Dinamarca, por ejemplo, los ciudadanos disfrutan de estudios gratuitos, un entorno laboral agradable (con muchas empresas que adoptan la semana laboral de cuatro días) y buenas pensiones. Francia y Bélgica también son conocidas por sus sólidos sistemas de seguridad social.
La batalla entre los impuestos y la seguridad social
En el otro extremo del espectro, encontramos a Bulgaria y Rumanía. Tienen el tipo impositivo más bajo de Europa, el 10%. Otros países de Europa del Este, como Moldavia y Hungría, también tienen tipos relativamente bajos, en torno al 12%. También en Estonia y Georgia se sigue pagando menos del 20% de impuestos sobre la renta.
Que estos países tienen una presión fiscal baja debería ser obvio. Los países con una presión fiscal baja suelen ofrecer servicios sociales menos completos. Por ejemplo, los ciudadanos de Bulgaria pagan menos impuestos sobre la renta y cotizaciones sociales, pero a menudo tienen que pagar más de su bolsillo por la sanidad y la educación, por ejemplo.
Pero entonces, ¿por qué los residentes en Dinamarca pagan casi la mitad de sus ingresos en impuestos, mientras que los búlgaros se quedan por debajo del 10%? Esto se debe a varios factores. Los países con impuestos elevados suelen tener un contrato social sólido. Por ello, los ciudadanos suelen estar dispuestos a pagar más a cambio de amplios servicios colectivos. Por el contrario, los países con impuestos bajos se centran más en la responsabilidad individual, según muestran las noticias financieras.
Además, el panorama económico desempeña un papel importante. Los países más ricos, como Holanda y Bélgica, pueden recaudar impuestos más altos sin perjudicar sus economías. Los países más pobres, en cambio, aplican tipos más bajos para atraer la inversión extranjera. Por último, las políticas históricas y las opciones políticas determinan el grado de prioridad que un país concede a la seguridad social.
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