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Pavel Durov, fundador de la plataforma de comunicación Telegram, afirma que sus finanzas personales no provienen de su empresa, sino de una inversión temprana en bitcoin. En una entrevista en un podcast, contó cómo ese paso en 2013 cambió su vida.
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Bitcoin como salvavidas
Durov explicó que compró miles de bitcoins alrededor de 2013, cuando el precio era de unos 700 dólares. «Invertí unos dos millones de dólares», contó en el podcast de Lex Fridman. Esa inversión le proporciona ahora sus ingresos.
Según Durov, él personalmente no obtiene ingresos de Telegram y solo le cuesta dinero. Su sustento proviene íntegramente de sus bitcoins. «Bitcoin me ayudó a mantenerme a flote», dijo. Afirma que bitcoin no está sujeto a censura y es imposible de confiscar.
Así es como debería funcionar el dinero: nadie puede censurarte por motivos políticos. Es el medio de intercambio definitivo, afirma Durov en la entrevista.
Expectativas y visión
Durov se muestra optimista sobre el futuro del bitcoin. Cree que, a largo plazo, la moneda puede alcanzar el millón de dólares. Como motivo, cita la inflación constante de las monedas tradicionales.
Fíjate en las tendencias: los gobiernos siguen imprimiendo dinero como si nada, dijo.
Al mismo tiempo, destacó que el bitcoin y el ethereum no son lo suficientemente escalables para el uso que Telegram tiene en mente. De ahí surgió la idea de la Telegram Open Network. Una criptomoneda propia que debería ser más adecuada para procesar grandes cantidades de transacciones.
Una apuesta temprana que dio sus frutos
Durov se refiere al momento en que se incorporó como «at the local maximum». Mucha gente sintió lástima por Durov porque el precio cayó rápidamente a 200-300 dólares. Pero él siguió diciendo obstinadamente: «I’m not going to sell it… I believe in this thing».
Mantuvo sus bitcoins a pesar de las fuertes fluctuaciones del mercado. Su convicción de que el bitcoin se fortalecería a largo plazo hizo que nunca vendiera.
Concluyó con las siguientes palabras:
El bitcoin ha llegado para quedarse. Queda por ver si lo mismo ocurre con todas las monedas fiduciarias, como el euro y el dólar.
Pavel Durov es un ejemplo de cómo el bitcoin puede cambiar la vida de una persona. Aunque él mismo no obtiene ingresos de su empresa, el fundador vive de sus criptoactivos. Esto le permite centrarse por completo en el «caso de uso» de Telegram sin tener que ganar dinero con ello.
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