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El precio de Bitcoin sufrió un duro golpe tras las dramáticas cifras de empleo publicadas el viernes pasado en Estados Unidos. De repente, vuelve a surgir la preocupación por el debilitamiento de la economía, al tiempo que aumenta la inflación.
Como consecuencia de estas débiles cifras de empleo, el número de recortes de tipos de interés previstos para 2025 se disparó repentinamente a tres. Sin embargo, mientras la previsión de inflación a un año se mantenga por encima del 3%, es poco probable que se produzcan tantos recortes de tipos de interés.

Sobre todo si tenemos en cuenta que la economía estadounidense está en mejor forma de lo que muchos nos hicieron creer el viernes. Inmediatamente comenzaron a llover predicciones de recesión, e incluso se habló de estanflación.
Por ahora, todo eso parece poco probable. Por ejemplo, el modelo GDPNow de la Reserva Federal de Atlanta apunta a un crecimiento económico del 2,1 % para el tercer trimestre de 2025.
Se puede afirmar que el crecimiento económico se está ralentizando y que el mercado laboral se está enfriando, pero, en cualquier caso, una recesión no parece ser el escenario más probable en este momento.
El 12 de agosto es importante para Bitcoin
En lo que respecta a este debate, el 12 de agosto podría ser una fecha importante para Bitcoin. Ese día se publicará el próximo índice de precios al consumo (IPC) en Estados Unidos.
En teoría, eso podría ser el catalizador para decirle al mercado que la inflación es el mayor problema en este momento. Si es que se puede hablar de un gran problema. Y que las preocupaciones sobre la economía son un poco exageradas.
Esta semana no hay datos económicos muy importantes en el calendario. En ese sentido, la «tormenta» de los últimos días podría prolongarse, aunque ayer el mercado ya parecía haber olvidado el miedo que se vivió el viernes.
El mercado alcista como escenario más probable
Por ahora, la mayoría de los analistas siguen pensando que lo más probable es que siga la racha alcista. Sobre todo si pensamos que en Estados Unidos tenemos un presidente que quiere evitar la recesión a toda costa.
Lo vimos esta semana con el despido de la mujer responsable de las cifras de empleo, con las que Trump no estaba muy satisfecho el viernes pasado.
Trump hará todo lo posible para mantener la economía estadounidense en marcha. Eso simplemente reduce la probabilidad de un escenario negativo. Por lo demás, no está haciendo nada muy diferente a lo que hicieron sus predecesores, especialmente desde la crisis de 2008.
La diferencia principal es que Trump es más expresivo al respecto, en su estilo característico.