Foto: Village Global, Brad Garlinghouse, The Grove 2022 (Village Global, uploader), CC BY 2.0
Bitcoin vuelve a concentrar toda la atención. Durante un gran evento, el CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, lanzó una predicción que no ha pasado desapercibida.
Afirma que Bitcoin podría subir hasta $180.000 el próximo año, una estimación que ha generado debate en un momento en el que el mercado se mueve con fuerza, pero también muestra señales claras de alerta.
Grandes expectativas desde Ripple para Bitcoin
Garlinghouse compartió su pronóstico durante un panel junto a Lily Liu, de la Solana Foundation, y Richard Teng, máximo responsable de Binance.
Según él, bitcoin aún está lejos de haber agotado su recorrido alcista y la cotización podría situarse alrededor de $180.000 a finales de 2026. Su visión está centrada en el largo plazo, donde cree que bitcoin se fortalece cada vez más.
Liu fue algo más prudente, aunque también optimista. Considera que bitcoin puede volver sin problemas a superar los $100.000.
Teng prefirió no dar una cifra concreta. Explicó que se centra en el crecimiento de los próximos años y no en las fluctuaciones diarias del precio. Su mensaje transmite calma, pero es menos específico.
Actualmente, la cotización se mueve en torno a $93.000, claramente por debajo del máximo histórico de $126.000 registrado hace dos meses, aunque sigue siendo una posición fuerte. El mercado continúa muy activo, impulsado por operadores que compran y venden con rapidez.
El mercado crypto sigue caliente, pero la base es frágil
Más allá de las declaraciones de Garlinghouse, hay otro elemento clave. Un reciente informe de mercado señalaba que, aunque bitcoin parece sólido, algunos indicadores advierten de un entorno caliente y vulnerable.
Uno de los principales indicadores es la buy/sell ratio, situada en torno a 1,17. Esto indica que los compradores están muy activos y dispuestos a pagar más para adquirir bitcoin rápidamente.
A primera vista parece positivo, pero los analistas advierten que este tipo de cifras suelen aparecer al final de un tramo alcista. Refleja urgencia en el mercado, no necesariamente la entrada de nuevo capital.
A ello se suma que la M2-velocity, la velocidad a la que el dinero circula en la economía, no aumenta. En una economía fuerte, el dinero se mueve más rápido. Ahora, ese ritmo permanece estable.
La combinación de una presión compradora intensa y una economía que no acelera genera un escenario delicado. El precio de bitcoin podría volver a dispararse, pero los fundamentos siguen siendo inestables.
En las próximas semanas se verá si las previsiones optimistas de Garlinghouse se cumplen o si el mercado necesita antes una corrección.
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