Foto: Shutterstock/Hazal Ak
Un hombre de Ontario, Canadá, ha sido condenado a trece años de prisión tras participar en un secuestro violento en 2022. El caso atrajo la atención mundial porque los autores exigieron un millón de dólares (€850.000) en Bitcoin como rescate. La víctima logró escapar por los pelos y más tarde testificó sobre las graves consecuencias psicológicas del ataque.
Secuestro y rescate en bitcoins
El condenado, Keyron Moore, fue declarado culpable de secuestro, agresión y extorsión. Además de la pena de prisión, se le impuso una prohibición de por vida de poseer armas y deberá registrarse como delincuente sexual durante veinte años. Un coacusado menor de edad aún está a la espera de su sentencia.
La exigencia de un millón de dólares en bitcoins pone de relieve cómo los delincuentes utilizan cada vez más las criptomonedas como medio de extorsión. A diferencia de una transferencia bancaria tradicional, un pago en criptomonedas puede realizarse rápidamente y sin supervisión, lo que lo hace atractivo para los delincuentes.
Aumento de la amenaza en torno a las criptomonedas y la delincuencia
El caso de Canadá no es un caso aislado. En todo el mundo está aumentando el número de secuestros y extorsiones en los que intervienen las criptomonedas. Este tipo de delito se conoce como «ataque con llave inglesa», en el que los delincuentes presionan físicamente a las víctimas para que entreguen sus monedas digitales.
A principios de este año, por ejemplo, una mujer fue secuestrada en Brasil porque los delincuentes creían que tenía acceso a los bitcoins de su hijo. Al final, él tuvo que transferir cinco bitcoins, por valor de medio millón de euros, para liberarla.
En Francia también se produjeron incidentes similares. Allí, un popular trader de TikTok fue secuestrado y maltratado por cuatro hombres que querían hacerse con sus criptomonedas. El intento fracasó cuando se descubrió que su monedero estaba vacío, tras lo cual los sospechosos fueron detenidos poco después.
Estos ejemplos demuestran que las criptomonedas no solo entrañan riesgos digitales, sino que también pueden causar víctimas en el mundo real. La policía y los jueces tratan cada vez más este tipo de casos como secuestros y atracos a mano armada clásicos, pero con un giro digital moderno.
Para los inversores y los comerciantes, es un duro recordatorio de que hacer alarde abiertamente de la posesión de criptomonedas conlleva peligros. La combinación de anonimato, pagos rápidos y el alto valor de las monedas digitales hace que las criptomonedas sean un objetivo atractivo para los delincuentes y, por lo tanto, un riesgo real en la vida cotidiana.
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