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En su primera semana como presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump creó un grupo de trabajo dedicado exclusivamente a los activos digitales. Su misión: analizar cómo el país podría adoptar y regular las criptomonedas. Tras más de medio año, el grupo publica finalmente su esperado informe.
Investigación cripto completada
Este miércoles, la Casa Blanca publicó un comunicado con las principales recomendaciones de la comisión. Trump ya había declarado su intención de que EE. UU. lidere el desarrollo de las criptomonedas. Si el país sigue estas recomendaciones, esto podría hacerse realidad, según el informe.
El documento aborda distintos aspectos: cómo debería estructurarse el mercado cripto, qué organismos deberían supervisarlo, qué normas deben seguir los bancos y cómo mantener el dominio global del dólar.
Definiciones claras y regulación compartida
Una de las prioridades destacadas es la necesidad de una taxonomía precisa para los activos digitales. Para establecer una regulación clara, las definiciones deben ser extremadamente detalladas.
Esto podría resolver el eterno debate sobre si las criptomonedas deben considerarse “commodities” o “securities”. Como la supervisión y la normativa son distintas para cada una, una clasificación clara evitaría conflictos regulatorios.
El grupo recomienda que tanto la Commodity Futures Trading Commission (CFTC) como la Securities and Exchange Commission (SEC) participen en la supervisión. Si una criptomoneda se clasifica como “commodity”, la CFTC se encargaría de regularla; si se trata de una “security”, la responsabilidad recaería en la SEC.
Revisión normativa para bancos y stablecoins
También se propone simplificar la regulación que actualmente impide a los bancos ofrecer servicios con criptomonedas. Una flexibilización normativa permitiría una expansión más rápida del sector cripto.
Un ejemplo clave es el uso de stablecoins, que ofrecen un potencial enorme con mecanismos de control adecuados. Aunque el grupo apoya este tipo de monedas, mantiene su rechazo a las monedas digitales de bancos centrales (CBDC), pese a ofrecer funciones similares.
El grupo también señala la necesidad de un nuevo marco fiscal específico para los activos digitales. Sugiere crear normas propias, tomando como referencia las reglas actuales aplicadas a los valores y productos financieros tradicionales.