Foto: Poetra.RH/Shutterstock
El Banco de Japón (BOJ) está considerando abiertamente un escenario que antes se consideraba imposible; las criptomonedas como un factor importante en el sistema de pagos de Japón. En una reunión reciente, el director del BOJ, Kazushige Kamiyama , dijo que, aunque el efectivo sigue siendo ampliamente utilizado en Japón, «el uso de billetes de banco puede disminuir significativamente en el futuro, debido a la rápida digitalización.»
Nuevos datos muestran que el porcentaje de pagos sin efectivo en Japón ha aumentado hasta el 42,8% de todas las transacciones, casi 3 veces más que en 2010. Aunque pasará algún tiempo antes de que las criptomonedas adquieran verdadera importancia en Japón, esta posibilidad se está debatiendo seriamente por primera vez en el seno del banco central.
El Banco Central estudia el yen digital y las criptomonedas
El Banco de Japón está probando su propia moneda digital desde 2023: el yen digital. Una moneda de este tipo también se denomina CBDC (Central Bank Digital Currency). Se trata de una versión digital de la moneda oficial, emitida por el propio banco central.
El proyecto piloto se está llevando a cabo en colaboración con grandes bancos como MUFG, SMBC y Mizuho, así como con empresas de tecnología financiera y bancos regionales.
Aunque el Banco de Japón sigue insistiendo en que criptomonedas como el bitcoin no van a sustituir al yen, reconoce que los activos digitales pueden ocupar un lugar importante en los pagos. Según Kamiyama, el sistema de pagos debe seguir siendo «accesible, seguro y eficiente«, y eso puede incluir las criptomonedas.
La inestabilidad puede empujar a la gente hacia las criptomonedas
Una de las declaraciones más destacadas de toda esta historia vino del vicegobernador del Banco de Japón, Shinichi Uchida. Indicó que si el Banco de Japón fracasa en su misión principal: la estabilidad de precios, los ciudadanos pueden perder la confianza en el yen.
Y si eso ocurre, dijo, entonces «no hay garantía de que la moneda de un banco central siga cumpliendo su papel como medio de pago ampliamente aceptado.» Aunque no mencionó nombres concretos, se refirió claramente a las criptomonedas y las stablecoins como posibles alternativas.
Esta advertencia no surge de la nada. La economía japonesa sigue siendo frágil en 2025. La inflación ronda el dos por ciento y el crecimiento económico sigue siendo bajo. El Banco de Japón sigue buscando formas de hacer frente a los efectos de la pandemia.
Japón no se precipita, pero se prepara al mismo tiempo. Con un piloto CBDC activo y un banco central que se toma el tema en serio, las cryptos parecen cada vez más relevantes para la economía del futuro.
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