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«Bitcoin para principantes» es una columna semanal en la que acompañamos a nuestros lectores en sus viajes por el mundo de Bitcoin.
Exploramos cómo funciona esta moneda digital: desde los wallets hasta las blockchains, y desde los movimientos de precios hasta la escasez digital.
En un lenguaje comprensible y con una buena dosis de sentido común, hacemos entendible este tema a menudo técnico para cualquiera que no haya crecido con la tecnología digital.
El ahorro como energía «almacenada»
Quien trabaja invierte su tiempo y energía en una actividad determinada. A cambio, reciben una remuneración en dinero.
Quienes no consumen directamente ese dinero tienen ahorros. Así que los ahorros son en realidad «tiempo y energía almacenados».
En realidad, lo que quieres es que, más adelante, tus ahorros puedan volver a intercambiarse por la misma cantidad de tiempo y energía. Quieres que el dinero conserve su poder adquisitivo.
El cubo agujereado de nuestro sistema monetario
Y ahí es donde va mal. Nuestro dinero está tan agujereado como una cesta. Peor aún: después de nuestro duro trabajo, permitimos que nos paguen con dinero que otros, el gobierno y los bancos, pueden crear gratis. Con sólo pulsar un botón del ordenador y sin ninguna restricción.
Así que, al hacerlo, en realidad nos están robando tiempo y energía. Y los que piensan que todo eso no es tan malo se equivocan. Con una inflación del 7%, tu dinero pierde la mitad de su poder adquisitivo en 9 años.
Como Boomer, crecí en una época en la que no se había inventado la impresión de dinero. Incluso tenía una cuenta de ahorros. Eso hace tiempo que dejó de existir, y quien siga ahorrando ahora está realmente loco, porque el interés de su cuenta de ahorros es cercano a cero.
Así que estamos colectivamente en modo Yolo. Consumir hoy, grande y llamativo, preferiblemente para que todos lo vean. Como si el mañana ya no existiera.
Bitcoin como dinero nuevo (y a la vez antiguo)
Pero los tiempos están cambiando. Porque con Bitcoin, por primera vez en la historia de la humanidad (¡!) tenemos dinero sin fuga.
Dinero que no puede reimprimirse gratuitamente y que, por tanto, pasa a valer más. Y eso cambia tu preferencia temporal. De repente, ahorrar vuelve a tener sentido.
Así que, en realidad, Bitcoin no es dinero nuevo, sino dinero de toda la vida. Sólo falta el pequeño castillo.