Desde el nacimiento de la red Bitcoin (BTC) en 2009, el proyecto se ha enfrentado a críticas. Uno de los críticos más conocidos es el Premio Nobel de Economía Paul Krugman. Hace ya 12 años, Krugman expresó sus críticas al proyecto, que en aquel momento se vendía por una miseria a unos $7 por Bitcoin.
Críticas a BTC
En el momento en que Krugman publicó su artículo, sólo había un puñado de fanáticos de la tecnología. Apenas seis meses antes había tenido lugar el famoso día de la Pizza Bitcoin, en el que se compraron dos pizzas por 10.000 BTC.
El proyecto ya había experimentado un crecimiento relativamente grande. Esa fue, por tanto, la razón que llevó a Krugman a calificar el movimiento de precios de la moneda digital de burbuja, a punto de estallar. Según el economista, el Bitcoin no cumple la función primordial de un sistema monetario: promover las transacciones y el enriquecimiento económico. La cantidad fijada de 21 millones de BTC conduce a la deflación, según Krugman, que fomenta el acaparamiento de la moneda pero reduce su valor real de transacción.
El futuro del Bitcoin
Mientras tanto, el Bitcoin ha demostrado su valía. Aunque no estamos en un mercado alcista, el precio del BTC sigue siendo muchas veces superior. Con un precio de $25.800 en el momento de escribir estas líneas, la moneda digital ha experimentado una subida del 360.000%, que se debe en parte a la creciente participación de los inversores institucionales.
Después de un crecimiento tan exponencial, la pregunta sigue siendo si vamos a ver precios mucho más altos. Aunque el Bitcoin domina cada vez más el mundo financiero, su futuro sigue dividido. Los “alcistas”, o “entusiastas” de las cryptos ven la moneda digital como el “oro del siglo XXI”, en el que las predicciones de precios futuros oscilan entre toneladas y millones por Bitcoin. Otros señalan las prácticas ecológicas que implica la minería de la moneda digital, los volátiles movimientos de precios y la limitada regulación. Quién tiene razón y qué hará exactamente el precio tendrá que determinar el futuro.
